Una automotriz brasileña independiente se propuso crear el primer superauto del Mercosur y los primeros prototipos –una coupé y un descapotable- debutarán la semana que viene en el Salón de San Pablo.
Los autos estarán expuestos en el stand de la importadora Platinuss, que ya se da por descontado que será el más visitado de toda la muestra: allí también se exhibirán un Pagani Zonda R, un Pagani Zonda Cinque Coupé, un Spyker C8 Aileron y un Koenigsegg CCXR.
Pero el Vorax se robará todas las miradas por tratarse de un diseño y desarrollo íntegramente brasileños. Es fruto de la sociedad entre Fharys Rossin –ex diseñador de General Motors- y Natalio Bertin Junior –del Grupo Bertin, consorcio de empresas especializadas en la producción de biodiesel y etanol-.
El precio del Vorax sugerido para Brasil no es nada barato: 700 mil reales, unos 410 mil dólares al cambio de hoy.
Su elevado costo se debe a su chasis de aluminio, combinado con carrocería de fibra de carbono y un motor creado por BMW. Se trata nada menos que del famoso V10 de 507 caballos que animó hasta hace poco a los M5 y M6, pero potenciado hasta entregar 570 cv. El Vorax tiene caja secuencial de siete marchas y tracción trasera.
Mide 4,72 metros de largo y pesa 1.300 kilos. Las prestaciones estimadas están a la altura de los mejores superdeportivos del momento: 330 km/h de velocidad máxima y 3,8 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h.
Rossin-Bertin tiene la intención de exportar el Vorax a todo el mundo y el primer mercado foráneo al que apuntará será la Argentina. Por eso, es probable que el auto comience a ser visto por nuestras rutas mucho antes de lo imaginado.
Tras el Salón de San Pablo, comenzarán los primeros ensayos de las unidades de preserie. Las pruebas de alta temperatura se realizarán en el Brasil, mientras que los Vorax recorrerán caminos del Sur argentino para los ensayos con bajas temperaturas. Igual que Ferrari.
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