Cuba permite comprar coches nuevos por primera vez desde 1959

Una de las cosas que más llama la atención cuando uno visita Cuba es la ingente cantidad de coches norteamericanos de los años 50 que todavía siguen circulando por las calles de su capital. La razón no es que a los cubanos les encanten los coches clásicos, ni que sientan una obsesión por cuidarlos y conservarlos como el primer día. Nada más lejos de la realidad. Se trata de una estúpida ley, introducida por Fidel Castro cuando llegó al poder, que prohibía la compra-venda de cualquier coche fabricado después de 1959 entre ciudadanos cubanos.

La clase política dirigente y algún que otro enchufado afín al régimen podían importar (e importaron) coches más modernos, aunque casi siempre se trataba de vehículos fabricados en la Unión Soviética (más algún que otro modelo chino en tiempos más recientes). Para el resto, la única opción que les quedaba era aguantar con lo que tenían de la forma que fuese, de ahí que la mayoría de esos Cadillac y Pontiac monten motores de origen Lada donde antes había un V8 de generoso tamaño. Sin extenderme demasiado en el tema, recordad que el país se cerró al mundo de la noche a la mañana, forzando a los extranjeros a abandonar el país, y dejando un buen número de joyas en suelo cubano. Recuerdo haber leído algún que otro artículo donde se hablaba de coches como un Mercedes-Benz 300 SL en total estado de abandono…

A partir de mañana, no obstante, todo eso será ya cosa del pasado. Aunque la medida ya se conocía desde el pasado mes de abril, cuando Raúl Castro la presentó dentro de un paquete de medidas destinadas a reforzar la débil economía cubana, ésta no se hará efectiva hasta mañana, después de ser publicada a principios de semana en la gaceta oficial. En líneas generales, a partir de ahora se permitirá la compra-venda de vehículos nuevos entre ciudadanos cubanos, aunque con unas condiciones bastante restrictivas y a cambio de un 4% en concepto de impuesto que tendrá que pagar tanto el comprador como el vendedor.

Entre las condiciones que el gobierno comunista ha introducido está la obligatoriedad de adquirir los vehículos únicamente en concesionarios “oficiales” (por oficial se entiende controlado y dirigido por el propio gobierno cubano). Asimismo, y a parte de la tasa de 4% que ya he mencionado antes, el comprador deberá acreditar que el dinero que tiene para adquirir el vehículo es fruto de su trabajo, lo que deja fuera de la ecuación a los capitales de “dudosa procedencia” así como el dinero enviado a Cuba por gente que en su día emigró a otros países.

¿Significa ésto que el mercado cubano explotará como lo ha hecho el de China, convirtiéndose en el objetivo de todas las marcas y en el paraíso de fabricantes de deportivos como Lamborghini o Ferrari? En absoluto. Teniendo en cuenta que el salario diario en Cuba está muy por debajo de lo que se paga en China (y eso que en China tampoco es que se pague mucho), comprar un coche nuevo, a precios actuales, seguirá siendo igual de prohibitivo ahora que antes de la liberalización del mercado. Claro que mejor es ésto que dejarlo todo como estaba y seguir pensando que tu sistema económico es el mejor del mundo, a costa del bienestar de tus conciudadanos…