El Hauk Designs Jeep Rock Raider, se trata de una preparación extrema basada en un Jeep Wrangler, que eleva a la enésima potencia sus cualidades off-road, de por sí ya fantásticas. En un mundo devastado por el apocalipisis nuclear, estoy seguro que Mad Max se movería en uno de estos si tuviese que abandonar el asfalto y dejar su Interceptor V8 aparcado.La preparación es completamente personalizable por el cliente. Comencemos por un aspecto muy interesante, una potente selección de propulsores. El V6 diésel o gasolina de serie se reemplaza por una oferta de acceso que comienza en un 5.7 V8 VVT HEMI de 405 CV, pasa por un 6.1 V8 HEMI de 470 CV y termina en un brutal 7.2 V8 HEMI de 636 CV, posiblemente un crate-engine. Todos pueden ir acoplados a cajas de cambio manuales o reforzadas automáticas, todas con una selección de reductoras.
La potencia pasa al suelo a través de unos ejes Dana 60, con diferenciales actuables. La suspensión Teraflex Long Arm tiene brazos de amplísimo recorrido para soportar saltos y superar obstáculos a priori imposibles. Los diferenciales están protegidos por placas de acero, así como los elementos claves de los bajos, ya que podríamos dañarlos en prácticas como el rock-crawling. Podemos acoplar un winch impermeable con control remoto y se reemplaza el sistema de iluminación por otro 100% LED.
Sin duda, lo que más llama la atención son las llantas de competición Raceline de 20 pulgadas, con neumáticos Toyo Open Country MT de 40 pulgadas. El aspecto ancho y brutal se complementa con paragolpes reforzados, jaula antivuelco completa y asientos bacquét, homologados para su uso en competición.
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